Berlín es una ciudad que no deja indiferente a nadie. He estado 2 veces (septiembre 2016 y octubre 2018), ambas con mi cuñado como guía; que vive allí y es un amante del arte urbano. Se puede pedir más para un viaje a Berlín? Así que en este post, os cuento algunos lugares de los que me he enamorado y os recomiendo que no os los perdáis si visitáis la ciudad (turísticos y no turísticos). Un viaje más allá de los lugares turísticos.
He creado este mapa que podéis utilizar y guardar fácilmente en Google maps:.
En primer lugar os recomiendo visitar la ciudad entre abril y octubre, resto de meses hace mucho frío. Son especialmente prohibitivos enero y febrero (la ciudad está dormida).Vamos a empezar por la zona este del barrio más céntrico, Mitte. Aquí se encuentra mi recomendación de hotel, EasyHotel Berlin Hackescher Markt. Esta súper bien situado y es económico. Eso sí, las habitaciones son pequeñas.A escasos 8 minutos del hotel está Hackesche Höfe. Turistas y berlineses pasean por esta red de 8 patios interiores de estilo modernista. Se entra por 40 Rosenthaler Straße y los 2 primeros son los más concurridos (Hof I y Hof 2). Muy cerca también está el patio Haus Schwarzenberg con un contraste radical respecto los anteriores. Tiene un aspecto totalmente underground.

Muy cerca encontramos dentro de otro patio, la cafetería Barcomi’s, que está muy de moda.
También se puede comer, y son conocidos por sus tartas. Otra calle que me gusta es Auguststraße tanto de día como de noche: galerías de arte, muchos restaurantes y cafeterías de especialidades pero muy tranquila. Vale la pena!
En esta misma calle, recomiendo cenar o tomar algo (y bailar) en Clärchens Ballhaus. Se trata de una sala de baile-restaurante-café con un toque nostálgico-kitsh. El edificio (1913) puede parecer superficialmente decadente, ya que se ha mantenido tal cual con el paso del tiempo; pero tiene un encanto especial con mucha historia. Si pasáis por delante, seguro que os llamará la atención el patio delantero, con sus lucecitas y lleno de mesas en los meses de buen tiempo.
Dentro puedes cenar mientras dan una clase de baile en el centro de la sala, al finalizar se “abre a todo el mundo” y se puede bailar. El público es muy variopinto, ancianos nostálgicos y jóvenes modernos. La comida es sencilla de estilo alemán y pizzas (yo comí del menú de otoño, 2 salchichas de Viena con ensalada de patata y mostaza por 7 euros). También hacen fiestas y eventos, especialmente en la sala Spiegelsaal de la planta superior.

Más al norte, se puede dar un paseo por un barrio mucho menos turístico, Bergmannkiez. Es una zona muy mona (con las casas restauradas del siglo XIX) con muchas cafeterías (hay otra sucursal de Barcomi’s) y restaurantes y tiendas independientes. Allí se puede encontrar el Curry36, el mejor puesto de currywurst de la ciudad. El currywurst es una comida originaria de puestos callejeros de Berlín que compite con el döner kebab. Se trata de una salchicha alemana (cocida o a la parrilla) con ketchup o salsa de tomate y curry acompañada de patatas fritas.

Un lugar muy popular entre los berlineses para ver el atardecer, es el puente Admiralbrücke. Hay mucho ambiente y se puede comprar la bebida en las tiendas cercanas.

Una visita por el barrio Friedrichshain no puede faltar. Aquí os dejo una rutita:
En Berlín hay un impresionante conjunto museístico de arte e historia antigua como es la Isla de los museos (zona también bonita para pasear), pero hay otros museos de cultura alternativa con mucha personalidad que no os podéis perder. Así que, qué mejor iniciar una ruta por el barrio con una visita a Hatch Kingdom?
Para empezar, en el paseillo desde la estación de metro Samariterstraße hasta el museo hay algunos grafitis muy bonitos. Este museo de pegatinas tiene expuestas unas 4.000 y un archivo de 30.000, y el honor de ser el primer museo de pegatinas del mundo (se inauguró hace 10 años). La cultura de las pegatinas va muy ligada al arte urbano, el skateboard, marcas de moda urbana, música etc; pero también hay de temática política y colaboraciones de muchos artistas. El museo abre jueves, viernes y sábado de 12 a 16h, es gratuito con donación libre y por supuesto tiene tienda online.

Más al sur, hay una charcutería muy especial, Aufschnitt Berlin. Todos los embutidos son textiles, convertidos en preciosos accesorios para el hogar. No falta detalle; hay desde una loncha de bacon (máscara para dormir) a todo tipo de cojines, llaveros y estuches.

Muy cerca encontramos el Intimes Kino, una sala de cine grunge con el exterior lleno de de muchos artistas tanto locales emergentes como consolidados.

Más abajo esta preciosa calle, encontramos la tienda de Zozoville. Hay obras de Johan Potma y de Mateo Dineen, del cual soy totalmente fan. Ya teníamos una lámina suya en casa y en esta ocasión compramos un puzzle.

Finalmente la calle acaba en Raw. Tras la caída hace más de 20 años del muro de Berlín y la migración del este al oeste, se abandonaron muchos edificios y solares que fueron ocupados con un uso temporal de espacio, así que crecieron clubs, de arte, proyectos socioculturales, etc. Raw, un antiguo hangar de trenes, es un buen ejemplo donde conviven diferentes espacios como un estudio de tatuajes, bar, club nocturno, mercadillo y proyectos artísticos; todo el está lleno de grafittis y murales muy bonitos.

Cruzar por el puente Oberbaum. El centro era la frontera entre Berlín este y oeste y se convirtió en un símbolo de la re-unificación alemana. Al otro lado del puente, hay una de las mejores hamburgueserías de Berlín, Burgermeister. Se trata de un antiguo baño público debajo de las vías elevadas. Siempre hay cola.

Andando un más, se llega al restaurante Freischwimmer. Es una monada al aire libre/porche a orillas del río. Los camareros no son Mr. Simpatía, pero la comida es , buena y no es cara. Sólo por las vistas, ya vale la pena! Un imprescindible para un viaje a Berlín.

Ir al East Gallery, que es el mayor tramo de muro que se conserva, también con varios muy chulos. Un lugar imprescindible aunque más turístico en un viaje a Berlín.

Fuera de (15 min. a pie) encontramos el pintoresco Holzmarkt. Estos terrenos han estado acechados por un inmobiliario (una asociación de empresas, de propietarios de terrenos, inmobiliarios e inversores) para rehabilitar las zonas del este más “abandonadas”. Pero en la realidad se traduce a de la construcción de viviendas de lujo, oficinas y grandes centros comerciales; contradiciendo todo lo que Berlín simboliza. En estos terrenos, culminó con el cierre y desmantelamiento en 2010 de un mítico club de muy conocido de la noche berlinesa, Bar25.
Pero al cabo de 7 años y cómo os podéis imaginar, tras mucha movilización social y acuerdos, surgió el
milagro y en 2017 se abrieron las puertas de Holzmarkt. Yo lo definiría como un oasis hippie-hipster construido con maderas y materiales de segunda mano donde se puede encontrar un teatro, un coworking, una sala de exposiciones, varios restaurantes, un café, una peluquería etc. La zona está abierta a todo los públicos (también hay zona de juegos infantil) y hay muchos bancos y mesas de madera a la orilla del río. Es muy popular para ver el anochecer.

La zona de Kastanienallee también merece una visita. Se pueden encontrar firmas de moda urbana, de jóvenes talentos o sostenibles con el medio ambiente, galerías de arte, cafés y restaurantes de comida internacional. Aquí os dejo algunas recomendaciones para esta multicultural avenida, donde se dice que las agencias de modelos buscan nuevos fichajes.
En Konnopke’s Imbiss se encuentra el segundo currywurst más bueno de Berlín. El mejor del Berlín este.

Me encanta el grafismo de la tienda de ropa The dudes. También tienen complementos y objetos de decoración muuuy chulos. Destacaría las camisetas y los platos de porcelana.No nos resistimos en comprar una taza en Pretty Berlin. Una tienda de accesorios y regalitos (antiguamente llamada Uhranus). Compramos una taza de la belga Helen b. Paul’s Boutique, es una tienda de segunda mano de zapatillas y ropa vintage, así como figuras de acción y robots de juguete antiguos.

Cerca de la Isla de los Museos (os recomiendo la zona del puente Friedrichsbrücke), destaca el barrio de Nikolaiviertel. Es el más antiguo de la ciudad y rompe con la “modernidad” del resto. Se trata de unas callejuelas estilo medieval (se reconstruyó en los años ochenta) con mucho encanto alrededor de la Iglesia de San Nicolás y un trozo a orillas del río.

A poca distancia y ya entrando un poco en la parte más turística, se puede pasar frente el Deutscher Dom (o entrar por 7 euros) y andar un poco más hasta el Check point Charlie, uno de los pasos fronterizos del muro más famosos. A mi me decepcionó ya que lo vi muy turístico. Por una parte, tanto el cartel que informa sobre la zona fronteriza como el punto de control son reconstrucciones; y en segundo lugar la marabunta se fotografía sin parar con actores disfrazados. En los muros de las calles contiguas sí hay una exposición al aire libre sobre la historia del muro.Yo creo que vale más la pena ir hasta el Memorial del Muro de Berlín (gratuito) con diferentes espacios al aire libre con muchas explicaciones, así como una torre panorámica que permite ver un trozo de muro y las diferentes vallas que había así como la torre de control.
Si se dispone de mucho tiempo, a unos 40 minutos del centro en metro, se puede ir al Memorial Hohenschönhausen (prisión de STASI) para un tour guiado (en ingles, alemán y ruso, 6 euros).

También es bonito pasear por el Tiergarten (el pulmón verde de la ciudad) especialmente con buen tiempo ya que hay mucho ambiente. Se puede aprovechar para hacer una visita turística al Parlamento, que está a la zona este del parque.
Muy cerca, es recomendable ir al Monumento a los judíos asesinados de Europa. Si se recorre en silencio es realmente estremecedora que hace reflexionar sobre las victimas del holocausto.

Tampoco me puedo dejar el museo de arte urbano contemporáneo Urban Nation (2013). Aquí encontraréis obras de artistas callejeros internacionales, que en ocasiones también son invitados a Berlín para crear fachadas o murales. El museo es gratuito ya que recibe subvenciones estatales; abre todos los días menos lunes y jueves de 10 a 18h. En la misma calle hay varias obras.

Por último, un lugar menos conocido por los turistas y muy guay es Teufelsberg. La montaña se formó con los escombros de la segunda guerra mundial y durante la guerra fría se construyó una estación espía estadounidense que sigue en pie. Tiene vistas de toda la ciudad y la gente lo usa para salir del bullicio de la ciudad. Picnics, bonitos amaneceres, grafittis bonitos, rutas senderismo etc. En esta ocasión (octubre 2018), no fue posible visitarla pues está muy sucia (basura de picnic, palets etc.) y la parte más chula de los edificios está cerrada al público. Par futuras visitas os animo a consultar aquí sobre su estado, pues están en proceso de mejoras.

Espero que os haya gustado y os sea útil estas ideas de viaje a Berlín.
ATENCIÓN: Este post es de octubre 2018. Como en cualquier ciudad, los lugares pueden cerrar y cambiar de ubicación. No olvidéis revisar si siguen abiertos en futuros viajes.